Vivir de escribir: las reglas del juego
Todos los días Amazon KDP, la tienda de ebooks más visitada del planeta, recibe alrededor de 7,000 nuevos libros todos los días. Si consideramos que KDP es la plataforma más popular para autopublicar, esto supone que, en tan solo una semana, el visitante regular de Amazon KDP tiene la posibilidad de adquirir alrededor de 20,000 nuevos títulos.
Evidentemente, los números variarán de acuerdo a la tienda que se visite (los títulos disponibles en la tienda de Estados Unidos no siempre están disponibles en la tienda de España o México), pero el hecho principal permanece: el mercado está más que sobresaturado. La posibilidad de que un usuario encuentre orgánicamente una novela recién publicada es cada vez menor, por no decir inexistente.
Y sin embargo, en pleno 2024 la idea de que, para vivir de escribir, lo único que necesitas es colgar un par de novelas en KDP y esperar a que las ventas lleguen como por arte de magia todavía sigue vivita y coleando por una simple razón: las historias de éxito generan mucha más atención que los fracasos.
Todos hemos oído hablar de las Amandas Hocking y las Colleen Hoover de este mundo: autores que empezaron autopublicando y en cuestión de años se volvieron tan populares que las grandes editoriales terminaron ofreciéndoles contratos millonarios. Aunque estas historias son súper motivadoras y nos invitan a imaginar un universo de posibilidades, la realidad es que estos casos no son la moneda frecuente que todos los nuevos autores quieren ver, sino las contadas excepciones a una regla: vender libros ya sea en línea o en una librería física, no es una tarea sencilla.
Por lo general, un autor que decide autopublicar, y está respaldado por un buen plan de marketing, tarda entre 6 meses y 1 año en recuperar lo que invirtió en producir su libro. En el caso de aquellos que autopublican sin tener un plan de marketing y sin invertir demasiado en producir un libro atractivo, el tiempo para recuperar la inversión inicial puede extenderse hasta 2 o 3 años. Y claro, también hay autores cuyos libros nunca generan más de 50 ventas, y aquellos que nunca venden ni una sola copia.
Con base en las conversaciones que he tenido en los últimos años, me atrevería a decir que la gran mayoría de los autores autopublicados caen en la segunda y en la tercera categoría: gente a la que le toma 2 o 3 años recuperar su inversión inicial o que no logran vender más de 50 copias.
Un autor que decide autopublicar, y está respaldado por un buen plan de marketing, tarda entre 6 meses y 1 año en recuperar lo que invirtió en producir su libro.
Si pensabas que a los autores “tradicionales” les va mejor, aquí te va un dato que cae como balde de agua fría: de acuerdo a estadísticas reveladas durante el juicio de fusión de Simon & Schuster con Penguin Random House, todo parece indicar que, en los Estados Unidos el libro promedio, publicado de modo tradicional, vende alrededor de 250 copias en total.
Y aunque éstas estadísticas no son muy alentadoras que digamos, conocerlas es útil porque nos revelan un dato crucial: sin importar la ruta de publicación que sigas (tradicional, autopublicación), lograr que tu libro venda más de 500 copias requiere de esfuerzos considerables.
Esperar que el libro se venda de manera “pasiva” y sin que tengas que intervenir demasiado en el proceso es una expectativa tanto irreal como ingenua. Si tu objetivo es ingeniártelas para vivir de escribir, planear tu trabajo creativo puede hacer toda la diferencia. A continuación te comparto tres ideas para añadirle una dosis de estrategia a tu plan de publicación.
No hay de otra: como en todo negocio, la clave del éxito a la hora de publicar está en la planeación. Si de verdad aspiras a convertir la creación en tu trabajo de tiempo completo hay tres cosas que debes hacer, sí o sí.
Suena más que obvio, pero nunca dejará de sorprenderme la cantidad de escritores que se sientan a producir textos en géneros o formatos que, de entrada, no son muy populares o no cuentan con muchos lectores (por ejemplo, poesía o ensayos literarios) solo para terminar decepcionados con los resultados finales.
Hay que decirlo: si decides escribir en un género o formato que, de entrada, tiene fama de no tener muchos lectores (por ejemplo, la poesía), esperar que tu libro se convierta en un superventas de la noche a la mañana es un tanto ingenuo.
Sin embargo, esto no significa que la única manera de tener éxito sea escribiendo en un género popular. En absoluto. Si lo tuyo es escribir poesía y no te ves haciendo otra cosa, empezar a escribir romance solo porque “se venden bien” puede no ser la mejor idea.
Entonces, a modo de conclusión: si eso que amas escribir cae en la categoría de géneros poco apreciados por el público, no hay razón para dejar de escribir lo que te gusta. En tu caso lo único que tienes que hacer es ajustar tus expectativas. ¿Tú libro se va a convertir en un hit pasado mañana? Probablemente no. ¿Eso significa que escribirlo no vale la pena? De ninguna manera.
Al que no habla, Dios no le oye. Este es un principio básico tanto de la vida como del arte de hacer negocios. Si eres el vivo ejemplo de ese escritor misterioso que nadie sabe de dónde salió, ha llegado el momento de empezar a compartir tu pasión con el mundo exterior.
Si la idea de contarle a la gente que te conoce que escribes hace que el cerebro se te quede en blanco, aterrorizado, calma. No se trata de hacer una gran confesión en la fiesta de tu tía Marta frente a una legión de familiares, o de romper el internet con una publicación en redes sociales. Empieza por cosas pequeñas: actualiza tu bio de Instagram, añade la escritura a tu lista de hobbies, empieza a seguir a otros escritores y déjales comentarios. Conecta con otros escritores, únete a grupos de crítica o a un club de lectura. Cualquier actividad que te obligue a asumir tu alter ego de escritor es bienvenida.
El siguiente paso es bastante más retador: empieza a compartir lo que escribes. Ya sea en un taller o clínica literaria, o enseñándole capítulos terminados a algún lector beta, es importante que empieces a perder el miedo a mostrar tu trabajo.
Este es un paso crucial. Conozco muchos escritores que llevan toda la vida escribiendo pero que, por una u por otra razón, nunca se han atrevido a solicitar la opinión de un lector externo e imparcial. ¿El resultado? Una escritura que no evoluciona porque su autor no ha aprendido a tomar en cuenta las necesidades del lector.
No hay de otra: si quieres vender libros (y vivir de ello) tienes que aprender a hacer marketing. Este paso es especialmente importante si planeas autopublicar tus libros pues, como expliqué en los primeros párrafos del artículo, cada día se suben cerca de 20,000 nuevos títulos a Amazon KDP. Con semejante saturación del mercado, publicar tu trabajo y sentarse a esperar a que alguien lo encuentre mediante una simple búsqueda en Amazon es la receta garantizada para no vender nada.
En vista de lo anterior, viene la pregunta del millón de dólares: ¿cómo promocionar tus libros sin convertirse (por accidente, claro) en una máquina generadora de spam? Todo empieza por tener bien claras dos cosas:
Tus respuestas a estas dos preguntas son las bases de tu plan de marketing (y no, te puedo adelantar que “promocionarse” no significa postear día y noche y en cada rincón del internet el link a tu libro autopublicado).
Yo amo escribir ficción, pero soy la primera en reconocer que, a menos que consideres tu escritura como un negocio, los escritores de ficción necesitan de un plan de largo alcance si es que algún día planean llegar a vivir de lo que escriben. A menos que el destino intervenga en tu favor, escribir ficción no es la mejor manera de generar ingresos rápidos y pasivos.
Por si eso no fuera suficiente, hay que decir que una de las peores consecuencias de querer sacar todo un salario de la venta de tus libros es que, mientras más presión por generar dinero lleves encima, más fácil es perderle el gusto al proceso de creación. Cuando menos te das cuenta, la escritura pasa de ser una actividad que tal vez te relajaba y te producía placer a convertirse en algo más parecido a una tarea a tachar de la lista de pendientes.
Si apenas estás empezando a desarrollar tu escritura, esta clase de presión es algo que a la larga no te va a ayudar.
En definitiva, quieres usar la escritura como un modo de generar ingresos pero no te ves escribiendo tres o cuatro novelas al año, lo que te conviene es explorar opciones en la redacción publicitaria.
En este artículo hablamos sobre el mito que acosa a todo escritor principiante: la posibilidad de algún día dedicarse a escribir ficción de tiempo completo. Y resulta que, como en todo buen mito, hay una mezcla de verdades y mentiras a medias.
Para poner las cosas en contexto, y si lo que te interesa es autopublicar, mencionamos que todos los días Amazon KDP, la tienda de ebooks más visitada del planeta, recibe alrededor de 7,000 nuevos libros todos los días. Esto significa que el mercado está más que saturado y, por lo tanto, la posibilidad de que alguien encuentre tu libro a través de una simple búsqueda en Amazon es bastante baja.
En el caso de los libros publicados a través de una editorial, las perspectivas tampoco lucen bien. Las estadísticas reveladas durante el juicio de fusión de Simon & Schuster con Penguin Random House constatan que, en los Estados Unidos el libro promedio, publicado de modo tradicional, vende alrededor de 250 copias en total.
Entonces, ¿qué puede hacer un nuevo escritor para lograr vivir de escribir? Planear a largo plazo, empezando con los siguientes tres puntos:
Entonces, ¿qué te pareció el artículo? ¿tú también sueñas con vivir de escribir? No te olvides de compartirnos tus impresiones en la caja de comentarios.